Los piratas informáticos chinos se ceban con las empresas alemanas para la sustracción de tecnología

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Mientras Angela Merkel alcanzaba una nuevo triunfo electoral, aunque con menor concurrencia, el partido eurófobo AfD (Alternativa para Alemania) lograba votos suficientes para entrar el parlamento convertido en la tercera formación más votada en las elecciones de este fin de semana. Pero los empresarios alemanes del sector de las pequeñas y medianas empresas industriales que son el motor de las exportaciones y el empleo en ese país tenían otras preocupaciones que empañaban el posible cuarto mandato de la canciller que lleva doce años al frente del Gobierno germano. Una ola creciente de violaciones de los secretos comerciales de esas empresas está drenando las ventajas tecnológicas de este sector mediante la injerencia en sus sistemas informáticos que fuentes del sector de la consultoría en seguridad digital consideran “demasiado débil”. En julio el jefe de la inteligencia interior alemana (BfV), Hans Georg Maassen, advirtió que los ataques informáticos a empresas habían aumentado en los últimos dos años. Existe evidencia que ubica a los atacantes en China y las sospechas son que se trata de injerencias que tienen apoyo del aparato estatal del país.
De acuerdo con la aseguradora Hiscox Ltd. un 65% de las empresas manufactureras y tecnológicas alemanas han sufrido ataques informáticos con el objetivo de obtener datos sensibles sobre sus procesos productivos. Los ataques contra los mismos sectores en Estados Unidos alcanzaron al 62% de las empresas, mientras que en el caso de Reino Unido llegaron al 50%. De acuerdo con la BfV las pérdidas sufridas por las empresas alemanas a raíz del espionaje, el sabotaje, y el robo de datos fue de 55.000 millones de euros el año pasado comparado con 51.000 millones en 2015.

El Gobierno alemán de acuerdo con las fuentes consultadas es consciente del problema y considera que la seguridad informática de muchas de las empresas manufactureras y tecnológicas es débil. A raíz de ello se propuso un plan de ayudas financieras para mejorar la seguridad informática de las empresas.

El Gobierno de coalición entre la CDUy el SPD se ha extinguido tras las elecciones de este fin de semana y aun no se sabe cual será la coalición por la que se incline ahora la CDU. “Pero lo que está claro es que el problema de las pérdidas en los sectores industriales por la sustracción de información es una cuestión de estado y bajo cualquier administración este será un asunto que se abordará”, afirma una fuente de una empresa industrial alemana consultada.

De acuerdo con las fuentes consultadas el Gobierno ha estado en contacto con algunas empresas para ofrecerles financiación para que mejoren su seguridad informática. La semana pasada Hitachi Metals denunció el robo de tecnología para la producción de cinta de metales amorfos, una tecnología específica para producir un material de utilización en electrónica. A la denuncia también se unió la filial estadounidense de Hitachi Metales, Metglas. La denuncia fue presentada en Estados Unidos ante la Comisión de Comercio Internacional (CCI). En la denuncia se menciona a dos empresas chinas del sector como los responsables de la sustracción de tecnología.

El recurso de Hitachi de concurrir de forma directa e indirecta, a través de una filial, a la CCI tiene como base jurídica más firme el hecho que Estados Unidos firmó hace dos años un tratado con China para excluir la utilización del espionaje informático para la obtención de información sobre tecnología. Pese a sus esfuerzos Alemania no ha logrado el mismo tipo de acuerdo con China. En junio del año pasado una delegación encabezada por Angela Merkel viajó a Pekín con el objetivo de discutir un acuerdo de estas características. Sin embargo el único compromiso que logro obtener es el de que China protegería la propiedad intelectual de las empresas alemanas establecidas en China, el problema de la injerencia informática no fue objeto de ningún acuerdo. Por añadidura desde que Estados Unidos firmó su acuerdo con China la actividad de espionaje por parte de hackers chinos a las empresas alemanas creció de forma considerable, de acuerdo con fuentes del sector manufacturero alemán. El ministerio de Asuntos Exteriores de China negó las acusaciones y dijo desconocer las alegaciones alemanas y ratificó que su país se opone “de forma resuelta” a la piratería informática en todas sus variantes.

El comunicado oficial añade que si las partes relevantes en este asunto tienen evidencia definitiva de ataques por hackers deberían poner la información a disposición del Gobierno de China para que este la maneje de acuerdo con la ley. Alemania es el país con mayor registro anual de patentes industriales en todo el mundo con un total de 3.917 registradas el año pasado. Estados Unidos por su parte ha registrado 1.410 patentes industriales. Este dato está en línea con el hecho que el país gasta el 2,9% del producto interior bruto en investigación y desarrollo, un procentage que supera al de Estados Unidos y Gran Bretaña.

Las grandes multinacionales tienen recursos suficientes y la convicción de que deben invertir en seguridad, y lo hacen con niveles de eficiencia altos. Sin embargo el problema si afecta al pelotón de empresas tecnológicas manufactureras pequeñas y medianas, el denominado Mittelstand compuesto por 3,5 millones de empresas que son responsables del 50% de la producción manufacturera del país. Es este sector el que produce las herramientas, partes y componentes que a su turno equipan a buena parte de las fábricas del mundo.

Las operaciones de piratería informática desarrolladas por el estado chino están a cargo de las unidades para la guerra digital del Ejército Popular de China y el Ministerio para la Seguridad del Estado de acuerdo con las organizaciones de inteligencia occidentales. Pero entretanto el Gobierno alemán también ha mostrado ciertas reticencias a la hora de actuar en forma decidida sobre este problema. El hecho fundamental es que el mercado de China representa para Alemania ingresos anuales de 76.000 millones de euros y endurecer la relación es poner en jaque a una parte sustancial de las exportaciones alemanas.