Aceuchal conoce con asombro a la mujer del yihadista de Mérida

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En la localidad pacense de Aceuchal (5.400 habitantes) los grupos de wasap echaban humo ayer. Si la detención de un presunto cabecilla de una de las células del Estado Islámico (conocido como Daesh) en Mérida en la mañana del viernes, un hombre de Bangladés, ya sorprendía a los extremeños, el saber que su mujer es de Aceuchal provocó aún más sobresaltos en esta tranquila localidad pacense.

Durante las primeras horas nadie sabía quién era esa mujer, pero con el paso del tiempo, la foto de la chica y de sus hermanas corría por las redes sociales, provocando una oleada de asombro entre los vecinos. Y es que pocos se podían imaginar que Ana María González, que, además, pertenece a una familia muy religiosa de Aceuchal, podía estar casada con un presunto yihadista.

La pareja del detenido el pasado viernes en Mérida tiene dos hermanas y es hija de un vecino que regenta una pequeña empresa y es muy conocido allí.

Lo sorprendente, decían ayer todos los allegadoses que son conocidos por su gran devoción religiosa. «Sus abuelos eran de misa diaria y la hermana de su abuela es monja en una conocida congregación». Por eso, tanto Ana María como sus hermanas estudiaron en un colegio católico de la comarca de Tierra de Barros.

Al igual que sus hermanas, Ana María salió de Aceuchal para estudiar y hace unos años decidió probar suerte en Londres, donde se desplazó por motivos laborales, como tantos otros jóvenes españoles. Allí conoció a su marido, un bangladesí que, según fuentes policiales, estaba integrado en el aparato tecnológico del Estado Islámico, y allí debió convertirse al Islam.

«Todas las hermanas iban siempre con la madre a todos lados, por eso nos ha extrañado tanto saber esto», apuntaban ayer varias mujeres, que la conocían de vista, al igual que a sus hermanas, unos años menores que ella. Aunque vivían fuera, seguían manteniendo relación con Aceuchal.

La familia, que reside en la plaza de la Constitución de Aceuchal, es muy conocida y querida en esta localidad, «son muy buenas personas, gente muy prudente, por eso estamos todos tan asombrados».

Aunque la relación familiar era muy estrecha, a pesar de que Ana María se instaló en Mérida a su regreso de Londres con su marido y sus dos hijos, a ella pocos la han visto después en Aceuchal. Y menos con velo musulmán, porque habría llamado la atención. Quizás por ello -dicen- era la madre la que se traslababa a Mérida a menudo, porque la chica no conducía.

Hace pocos días, alguien vio a madre e hija en esa localidad y le llamó la atención que la joven llevara el velo islámico. Algunos vecinos del bloque de viviendas en el que reside en Mérida dicen que llevaba el burka, pero en el pueblo no se la había visto nunca con él.

Pero no sólo era asombro lo que la noticia despertó ayer en Aceuchal, también prudencia y se notaba en redes sociales como Facebook, «tenemos miedo a las represalias, a ver si esta gente va a leer los comentarios», decía una vecina que conocía bien a la familia. Ahora toca digerir este tipo de noticias.

Además, la presencia de una patrulla Guardia Civil en esta localidad ponía más nerviosos a algunos, a los que el terrorismo islámico les parecía algo tan lejano.