Estuvo dos meses bajo el agua y el lodo de la ría. Diana Quer había desaparecido un 22 de agosto sin dejar apenas rastro, y su móvil —un iPhone 6 de color blanco— lo encontró un mariscador el 27 de octubre en las inmediaciones del muelle Taragoña, en la localidad coruñesa de Rianxo, allí donde la Guardia Civil detectó que se perdía la señal del terminal. Lo último que se supo de la joven, cuando aún nadie sabía que su desaparición se convertiría en una de las más mediáticas de la historia de España (con cien casos nuevos sin resolver cada año), provenía precisamente de ese teléfono: una ristra de mensajes que le envió a un amigo de regreso a casa de madrugada, a la vuelta de las fiestas de A Pobra do Caramiñal (A Coruña).
Apenas se había avanzado en el caso, con todas las líneas de investigación activas, hasta ayer, cuando se supo que una empresa tecnológica israelí ubicada en Munich (Alemania) logró desbloquear ese teléfono ahogado y devolverle un hilo de vida. La suficiente para reactivar el caso. Y quizá para que el juez de Ribeira, Félix Isaac Alonso, que lo archivó provisionalmente el pasado 19 de abril, lo reabra.
La empresa que lo ha logrado es la israelí Cellebrite, la misma que desbloqueó el iPhone del autor de la matanza de San Bernardino (Estados Unidos) de diciembre de 2015 ante la negativa de colaboración de Apple.
“Técnicamente es posible extraer información de ese teléfono, de la cámara, archivos de audio, ubicaciones… En principio es posible, otra cosa es que esa información exista y que sea relevante para la investigación”, explican fuentes próximas a la investigación, que insisten en que en ningún momento se han parado la investigaciones.
El juez reconoció que no había “indicios superiores a las meras sospechas”. Y señaló que el caso se podía reabrir si la Unidad Central Operativa (UCO) conseguía acceder al móvil de la joven para “analizar” los datos telefónicos.
«Estoy en condiciones de confirmar que han desbloqueado el móvil y han podido acceder a la información a la que hasta ahora no habían podido tener acceso», ha comentado Diana López Pinel, la madre de Diana Quer, en una entrevista en el programa Espejo Público. «Queda mucho trabajo por delante porque no se sabe exactamente qué se va a poder sacar del terminal», ha añadido. La madre de la desaparecida ha confirmado que los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) le han comentado que el teléfono registró siete intentos fallidos de desbloqueo antes de ser arrojado a la ría, según se desprendió del análisis que realizó el Secrim. «La UCO sigue trabajando muchísimo, no me preocupa tanto que se reabra el caso como que la información está ya camino de España», ha señalado.