Italia contrata a un detective para un crimen de hace 5.300 años

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Al norte de Italia, en la región de Oetztaler, en los Alpes, el Hombre de Hielo Oetzi recibió un flechazo en la espalda hace 5.300 años. Su cuerpo permaneció allí, intacto, hasta 1991, hace ahora 26 años, cuando fue descubierto. La flecha alcanzó una arteria principal de su cuerpo, a la altura del hombro, y probablemente se desangró y murió en cuestión de minutos. Es, además, una de las momias más antiguas y mejor conservadas, ya que el hielo lo preservó muy bien y ha podido ser analizado el crimen.

Crimen de hace 5.300 años

Ahora, miles de años después y algo más de dos décadas desde que fue descubierto, en Italia contrataron a un detective para que investigase si fue un asesinato, el posible motivo y quién lo hizo. Algo desconcertante, ya que se trata de una muerte de hace más de cinco milenios.

El detective es Alexander Horn, jefe de Inspectores de la Policía de Munich y, según recogen en la BBC, esta solicitud le extrañó un poco. “Fue gracioso, porque cuando la directora me preguntó si me encargaba de los ‘cold cases’, o ‘casos fríos’ que es como se le dice a los casos abiertos en inglés, le respondí que sí”, explica Horn.

“Los casos abiertos habituales son de 20 o quizás 30 años atrás, pero quería que investigara algo que ocurrió hace 5.300 años”, añade Horn.

Angelika Fleckinger es la directora del Museo de Arqueología Tirol del Sur, que es donde se encuentra exhibido el cuerpo de Oetzi, y fue la encargada de llamar a un profesional para llevar a cabo la investigación.

Horn pudo consultar toda la información recogida sobre Oetzi en los últimos 25 años y analizar su cuerpo, algo que se conservaba bastante bien como hemos indicado. Según a las conclusiones a las que llegó, todo indica que efectivamente fue un asesinato.

Investigación de un crimen de hace más de 5.000 años

Resuelto

“A Oetzi probablemente le lanzaron la flecha desde una distancia considerable, unos 30 metros”, comenta el investigador. Además, según Horn, todo indica a que Oetzi estaba desprevenido y que le pillaron por la espalda cuando fue asesinado.

“Aproximadamente media hora antes de su muerte, estaba descansando en ese glaciar. Se había comido un buen almuerzo, así que no parece como si estuviera apurado o huyendo de algo”, explica Horn.

Una pista clave que tuvo el investigador alemán, es que Oetzi tenía una herida en una mano que se habría hecho uno o dos días antes, en una pelea. “Es una lesión que definiríamos como una herida clásica de defensa activa. Es como si alguien te amenaza con un cuchillo para apuñalarte y coges el cuchillo para tratar de evitarlo”, comenta Alexander.

Cree, además, que no fue más que la continuación de una pelea inicial. Es decir, el asesino vio que no podía con él en el cuerpo a cuerpo y decidió lanzar una flecha y cometer el crimen final.