En 1850, el escocés Allan Pinkerton fundó en Chicago una agencia de detectives que se haría célebre por atrapar a salteadores de trenes, criminales políticos… y huelguistas.
entre los miles de inmigrantes que a mediados del siglo XIX partieron de Gran Bretaña a Estados Unidos en busca de fortuna se hallaba un escocés llamado Allan Pinkerton. Nacido en un suburbio de Glasgow famoso por sus burdeles, a los ocho años dejó el colegio y aprendió el oficio de tonelero. Pronto se implicó en el cartismo, el primer movimiento obrero organizado del siglo XIX. Cuando la policía británica puso precio a su cabeza decidió emigrar con su esposa a Estados Unidos.
Pinkerton se estableció en Dundee, cerca de Chicago, donde abrió un taller de tonelería para abastecer a las granjas de la zona. Pero en 1847 un incidente cambió el curso de su vida. Mientras recogía madera en el río Fox descubrió a unos bandoleros a los que ayudó a detener. Poco después, sus paisanos acudieron a él para que atrapara a un estafador que pasaba billetes falsos. Pinkerton montó una trampa y lo pilló con las manos en la masa.
A la vista de sus aptitudes, en 1848 el sheriff del condado contrató a Pinkerton. Tras un año en que siguió trabajando a la vez de tonelero,Pinkerton se incorporó a la policía de Chicago como su único detective. No tardó en adquirir buena fama por su inteligencia y por sus buenos puños. También por su honradez, lo que lo llevó a enfrentarse a las autoridades locales en un período marcado por la corrupción. Harto de presiones políticas, Pinkerton acabó dimitiendo de su puesto en la policía.
AVENTURA EN SOLITARIO
El administrador de Correos de Chicago lo contrató entonces para que investigara un caso en sus oficinas: la desaparición de cartas con cheques bancarios por valor de miles de dólares. Ocultando su identidad, Pinkerton empezó a trabajar como auxiliar en la oficina principal, y no tardó en descubrir que quien robaba los cheques era uno de sus compañeros.
El asunto se envenenó porque el culpable era sobrino del administrador que lo había contratado, y éste hizo todo lo posible por tapar el caso. El íntegro Pinkerton lo denunció ante la dirección de la compañía.
Con la nueva fama que le deparó este caso, Pinkerton decidió establecerse por su cuenta como detective privado. Este oficio, creado en Francia a principios de siglo, estaba en plena expansión en Estados Unidos. En la década de 1840 se fundaron al menos tres agencias en Nueva York y San Luis.
Los detectives trabajaban para la burguesía, resolviendo discretamente problemas familiares, así comopara compañías aseguradoras, bancos y empresas comerciales en casos de fraude, de empleados infieles y de competencia desleal.
Para iniciar su aventura, Pinkerton necesitaba capital y contactos en empresas y bufetes, que serían sus principales clientes. Por eso se asoció con un abogado bien relacionado, Edward Ruckel, para fundar la agencia North-Western Police Agency, aunque para aprovechar la fama del detective se anunciaba como Pinkerton & Co. La sociedad duró un año.Hacia 1852, Allan se unió a su hermano Robert para crear la Agencia Nacional de Detectives de Pinkerton.
Uno de sus agentes más destacados fue una mujer, Kate Warne, una joven viuda de Nueva York que en 1856 se presentó en el despacho de Pinkerton respondiendo a un anuncio de empleo. «Le dije que no se contrataba a mujeres para aquel trabajo –escribió el detective–, pero fue muy convincente. Me dijo que las mujeres son excelentes observadoras, pueden ganarse la confianza de las esposas de los delincuentes y los hombres sueltan la lengua cuando una muchacha los anima».
Kate Warne se convirtió así en la primera mujer detective de la historia. En poco tiempo se la consideró la mejor especialista del país en delitos de cuello blanco y pasó a dirigir la nueva unidad femenina de la agencia, conocida como «las Pinks».
EL SALVADOR DE LINCOLN
El caso que cimentó la fama de la agencia Pinkerton fue el complot para asesinar a Abraham Lincoln en Baltimore, en febrero de 1861, justo antes de que tomara posesión como presidente electo y de que estallara la guerra de Secesión. Todo partió de una investigación sobre sabotajes en la línea ferroviaria Filadelfia-Baltimore.
llan Pinkerton viajó a esta última ciudad para infiltrarse entre los partidarios de la secesión del Sur. Entre los agentes que lo acompañaron estaba Kate Warne, que sedujo a varios políticos usando dos identidades: la coqueta Mrs. Cherry y la modosa Mrs. Barley. Al final averiguaron que un grupo pretendía asesinar al presidente en el tren. Pinkerton consiguió que Lincoln se disfrazase y se ocultase entre el pasaje, sin sufrir mayores contratiempos.
Pinkerton animaba a estar siempre alerta, de ahí el emblema de la agencia: un ojo abierto
Comentando aquel incidente,los agentes destacaron la importancia de estar siempre alerta; de ahí surgió el logo de la compañía, un ojo abierto con el lema We never sleep («Nunca dormimos»), del que proviene el sobrenombre de la profesión en Estados Unidos: private eye, ojo privado.
Allan Pinkerton fue un abolicionista militante. Su casa en Chicago era una de las paradas del «ferrocarril subterráneo» por el que miles de esclavos huyeron del Sur hacia la libertad.
Cuando estalló la guerra civil, en abril de 1861, Pinkerton se alistó en el ejército de la Unión como jefe de una división de inteligencia, responsable de la captura de espías confederados y de la infiltración de agentes propios tras las líneas enemigas; se le asignó el nombre en clave de «comandante E. J. Allen».
De forma exagerada se atribuye a Pinkerton la fundación del Servicio Secreto de Estados Unidos, que fue creado cuando él ya no se hallaba en activo. En todo caso, es probable que Lincoln no hubiera muerto asesinado el 15 de abril de 1865 si Pinkerton se hubiera ocupado de la seguridad presidencial.
LA LEYENDA NEGRA
En la posguerra se multiplicaron las bandas de forajidos, muchos de ellos veteranos del derrotado ejército confederado, que asaltaban bancos, trenes y furgones blindados. Para hacerles frente, las asociaciones de banca, ferrocarriles y transporte de valores contrataron a la agencia Pinkerton, que respondió con éxitos notables.Sus agentes eran tan implacables en la persecución de los delincuentes que la opinión pública empezó a cuestionar sus métodos. Surgió así la leyenda negra de la agencia.
La tensión acumulada durante la guerra, la intensa actividad de la posguerra, las muertes de su hija Isabella y de colaboradores y amigos íntimos pasaron factura a la salud de Allan Pinkerton. En 1869 sufrió un derrame cerebral y empezó a ceder el control de la compañía a sus hijos William y Robert, mientras él se dedicaba a escribir libros sobre su vida como detective. Cuando murió, en 1884, se había convertido en una leyenda.
fuente: NationalGeografic