Por un brete, al retrete

464

Quién le iba a decir a su majestad el billete de 500 euros -y dos centenares más de camaradas- que su final, en pedazos, tendría lugar en un retrete. Qué peor y oscuro destino para tan escasa y preciada riqueza el que por testigo ha tenido a ese óculo de porcelana gruesa y resistente, de personal deponente y receptor habitual de fluidos y detritos. Así, de la gloria del más deseado, por un brete acabó el billete en el retrete.

La policía, que no es tonta, y si es suiza menos aún, no tuvo mucho que discurrir para sospechar que estaba ante una huida al inodoro y a la carrera de un dinero incómodo -y quizá negro- pues un hallazgo monetario de este volumen y calibre no suele darse con frecuencia. Puestos a buscar paternidades, responsables del despilfarro, sus luces apuntaron hacia la mejor clientela del helvético en asuntos de capitales: dos ciudadanas españolas.

Recordaron que en el país del sur reina la recuperación económica; «están que lo tirán» debieron pensar. Pero la contrariedad fue mayor al caer en la cuenta que España es un país de tradiciones y su fiesta nacional única, esto es; las amnistías fiscales, los perdones de `olvidos´, las regularizaciones oficiales que, como las mejores cosechas, se repiten de año en año.

Y es que ya sucede con habitual frecuencia que detrás de un episodio de fraude, evasión y delincuencia fiscal se sospeche de la autoría española, italiana o griega por aquello de la fama acreditada y bien ganada de evasores y defraudadores. Aunque por lo visto, en este caso, ni las amnistías, perdones ni demás regularizaciones hayan servido para salvar a la fortuna de su mayor infortunio: en pedazos y por el retrete.

Capitalnews.es