Esta conducta suele implicar en otros activos una tendencia a la depreciación y es por lo tanto un indicador que puede influir en el ánimo de los inversores. El cierre de los contratos obliga a los inversores a cuadrar sus posiciones y el 20% de caída puede estar relacionado con ello, o anunciar más depreciación en el camino. Esto último es lo que consideran más probable algunos de los analistas que siguen el mercado del activo digital. La unidad se negociaba a 11.377 dólares comparado con un máximo de 19.783 el 22 de diciembre lo que supone una caída del 40% en menos de un mes.
Los analistas intentan determinar ahora si la introducción de los contratos de futuro en los mercados regulados puede dar alguna estabilidad al bitcoin porque el azaroso curso de su cotización no lo hace bueno para los inversores no especulativos y lo convierte en poco recomendable para los legos en materia financiera que suponen en la actualidad una mayoría de los inversores enganchados en este activo sobre todo en Asia.
La última caída coincide además con una andanada de propuestas de medidas de los reguladores contra el bitcoin. El Gobierno de Corea del Sur ha barajado varias opciones frente al bitcoin incluyendo la posibilidad de suspender su negociación en los mercados del país. Un 60% de los inversores en el activo en ese país es menor de 30 años y la especulación en la criptomoneda ha hecho furor. A tal extremo que una iniciativa popular para obligar al gobierno a desechar medidas extremas contra el bitcoin ha superado el umbral de las 200.000 firmas lo que obliga a la presidencia del país a dar una respuesta a la petición.
Mientras tanto la semana pasada el ministro de Justicia coreano advirtió a la población que el bitcoin no es una moneda de curso legal. Pero ninguna de las advertencias ha calado realmente entre los adoradores coreanos de esta seudo moneda que ven materializarse sus fantasías inmobiliarias y expectativas de reducir la carga de la deuda familiar a expensas del éxito del bitcoin.
China por su parte la semana pasada directamente ha cerrado varias grandes empresas “mineras” de bitcoin manteniendo la presión sobre el activo que se ha convertido en una fórmula de evasión de dinero no declarado que se pasa por este camino a divisas como el dólar… o se mantiene en bitcoin. El gobernador del Banco de China ha propuesto la prohibición de la venta centralizada de la criptomoneda, es decir la eliminación de las plataformas digitales en las que se compra y vende. De momento esta es sólo una hipótesis. Pero las medidas en China y la presión en Corea han golpeado a los inversores en la criptomoneda de acuerdo con algunas fuentes que adjudican a ese factor la última caída del precio. Pese a ello, el volumen de los contratos futuros en los mercados oficiales sigue creciendo según Cboe.
En enero el saldo vivo de los contratos futuros de bitcoin mostró una reducción del 7% mientras que los contratos para febrero y marzo de momento siguen aumentando, aunque esto puede variar en la medida que se liquiden contratos de forma anticipada.
Los movimientos violentos en el bitcoin no son una novedad. Entre el 16 y el 22 de diciembre cayó un 30%, y un 25% a mediados de noviembre. El fenómeno se ha extendido a otras monedas digitales. Ethereum la segunda más contratada cayó un 20% en una semana. Otras como Ripple y Bitcoin Cash se deslizaron un 10%. Lo cual indica que no están cruzando apuestas entre estas monedas en contra del bitcoin. Esto ha derivado en la idea de que hay un creciente malestar respecto de las monedas digitales en su conjunto.
El hecho es que la cuota de mercado de bitcoin dentro del conjunto de las monedas digitales sigue cayendo. Si se tiene en cuenta que hay posibilidades ilimitadas de nuevas monedas digitales una inundación de este tipo de activos puede desembocar en un colapso del precio de las criptomonedas. Uno de los factores disuasorios que ha entrado en escena es el alto coste de las comisiones sobre cada transacción que están directamente relacionadas con la lentitud en cada operación. Los entusiastas del bitcoin consideran que se acabarán introduciendo mejoras en el software que permitirán una mayor velocidad de transacciones, algo muy controvertido y que hasta ahora ha sido excluida como posibilidad por la comunidad de “mineros” de bitcoin.