
El sospechoso estaba fichado por radicalización y ha muerto en el ataque
Dentro del vehículo han hallado un kalashnikov, cartuchos, armas de mano y una bombona de gas
La avenida parisina de los Campos Elíseos estuvo a punto de convertirse en escenario de una matanza. Un yihadista embistió una furgoneta de la Gendarmería con un coche cargado de explosivos, pero no se produjo la deflagración prevista y la única víctima mortal fue el agresor. El ministro del Interior, Gérard Collomb, calificó el suceso de «atentado terrorista frustrado» y afirmó que el estado de urgencia, vigente desde noviembre de 2015, seguía siendo «muy necesario».A las 15,48, un Renault Mégane blanco adelantó por la derecha a una furgoneta de la Gendarmería que circulaba por los Campos Elíseos, a la altura del Grand Palais. Tras el adelantamiento irregular, el coche hizo una maniobra brusca y se cruzó con el vehículo policial para impactar con él. Hubo dos choques consecutivos que no causaron daños a ninguno de los ocho gendarmes y una espesa humareda anaranjada brotó del Renault. Un hombre salió de él con una pistola en la mano e instantes después se desplomó. No estaba claro si el agresor murió a consecuencia del impacto o de una intoxicación por la humareda. El asunto quedó en manos de la Fiscalía Antiterrorista de París.
El trafico en la avenida más famosa de París quedó interrumpido de inmediato y las dos estaciones de metro más próximas fueron cerradas. La policía rogó a los ciudadanos que evitaran la zona porque se temía que el autor del atentado fallido contara con cómplices. Cuando se comprobó que no era así, alrededor de las 18 horas, los Campos Elíseos volvieron poco a poco a la normalidad, salvo en el tramo donde permanecían aún el Renault y el cadáver del yihadista. El ministro del Interior se desplazó al lugar para informar sobre los hechos y subrayó que el riesgo de nuevos atentados era «elevadísimo».