Una empresa extremeña compra la fábrica de jamones que tuvo Miguel Bosé en Montánchez

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La industria jamonera que tuvo Miguel Bosé en Montánchez se quedará en manos extremeñas tras ir a liquidación. Una empresa de Oliva de la Frontera, municipio del sur extremeño enclavado en la comarca Sierra Suroeste, ha adquirido Brumale SL, la industria del porcino ibérico que tuvo a Bosé como uno de sus socios. Está cerrada desde el año pasado, una vez que no superó el concurso de acreedores que inicialmente había aprobado.

Un auto del Juzgado de lo Mercantil de Cáceres con fecha de 27 de septiembre ha resuelto la adjudicación de Brumale, de forma provisional, a Valle de los Valfríos SL.

La adjudicación se volverá definitiva en la tercera semana de este mes de octubre salvo sorpresa improbable. La compra de la industria de Montánchez (1.800 habitantes, mancomunidad Sierra de Montánchez) se ha cerrado en 260.000 euros, según ha podido conocer este diario.

De ellos, 190.000 para la compra de bienes inmuebles, que incluye su infraestructura, y 70.000 por su mueble. Brumale era conocida por el nombre comercial de sus jamones y lomos, Monsalud.

Presencia en Oliva y Zafra

Francisco José Cordero Gamero es el consejero delegado y administrador único de Valle de los Valfríos, constituida oficialmente en febrero de 2015 en Oliva de la Frontera (5.300 vecinos censados). Su domicilio social ha cambiado en mayo de este año.

Según el Boletín del Registro Mercantil se sitúa en la madrileña calle de Sebastián Elcano. Se presenta como una empresa que se dedica a la adquisición y última fase del proceso de curación de jamones ibéricos y embutidos de primera calidad. Tiene instalaciones en la propia Oliva y en Zafra.

La sociedad extremeña se ha quedado con una parcela de 10.320 metros cuadrados en la entrada de Montánchez en la que se encuentra el secadero con tres plantas para su uso como fábrica de salazones, embutidos y secadero de productos ibéricos. La parcela, la maquinaria y los vehículos son sus principales activos. Valle de los Valfríos se compromete en su propuesta de compra a iniciar la actividad con una plantilla de al menos cinco trabajadores.

La industria jamonera fue impulsada por Miguel Bosé hace veinte años. Llegó a tener hasta 42 accionistas, entre ellos el exfutbolista Sanchís y el torero Francisco Rivera Ordóñez. Cuando empezó, Bosé era el accionista mayoritario (35% del capital) y su presidente, con una participación muy importante para dos ganaderos, Ignacio Peiró y el extremeño Braulio Fernández Tena, 28% cada uno.

Arrancó con un capital de algo más de 3 millones y enfocó sus productos hacia un mercado de alto nivel adquisitivo. Se apostó por producir jamones de bellota bajo el sello de la DO Dehesa de Extremadura.

Brumale presentó concurso de acreedores el 27 de enero de 2012, cuando tenía un importante mercado nacional de clientes y se introducía mejor en países como Francia. Su facturación rondaba los dos millones al año.

Monsalud producía en los últimos tiempos unos 7.000 jamones de bellota y 4.000 kilos de caña de lomo al año. Desde que abrió invirtió 3,7 millones en mejorar su negocio. En 2010 cerró con 1,8 millones de pérdidas.

Cuando fue a concurso, su pasivo (deuda) era de 5,2 millones, básicamente con los bancos (un 90% del total). Mientras sus activos se cifraron finalmente en 2,6 millones según valoración del mercado.

La industria montanchega logró salir adelante tras un acuerdo con las entidades financieras pero no pudo cumplir con su plan de viabilidad, que recogía a lo largo de cuatro años alcanzar los tres millones de euros de facturación anuales y superar la decena de empleos directos.

Propuestas sin cuajar

Brumale echó el cierre hace un año tras despedir a los siete empleados que formaban entonces su plantilla. Su administrador concursal, Luis Carlos Ruiz Castellanos, centró sus esfuerzos en lograr un comprador que mantuviera la unidad productiva en su conjunto, esto es, instalaciones, maquinaria y personal, para reabrir a corto plazo. Su objetivo básico, mantener la actividad.

En este periodo se han producido algunas comunicaciones de personas o sociedades interesándose por la industria del porcino de Montánchez, entre ellas la de un grupo cárnico de implantación nacional. Pero la propuesta no resultó la más cualificada para la administración concursal y el propio magistrado del juzgado cacereño de lo Mercantil.