Facebook modifica los términos de su moneda digital para obtener una licencia sin conflictos regulatorios

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Facebook hizo pública una nueva hoja de ruta para su moneda digital Libra (LBR) a casi un año de anunciar el muy controvertido proyecto. El anuncio coincidió con la solicitud de una licencia como sistema de pagos por parte de la Asociación Libra a la Autoridad Suiza de Supervisión de Mercados Financieros (FINMA).
La organización que sufrió importantes deserciones el año pasado mientras era objeto de críticas y presiones por los reguladores a escala internacional tiene su sede en Suiza. Entre las empresas de medios de pago que abandonaron el proyecto figuran Visa y Pay Pal. El nuevo documento base de la organización, su Libro Blanco, explicita cuatro cambios significativos. El primero es la emisión de monedas digitales locales que serán respaldadas por cuentas de reserva que tendrán activos líquidos y dinero de la misma denominación que la moneda electrónica. El Libro Blanco especifica que se iniciará el proyecto con la emisión de monedas como el Dólar LBR, Euro LBR, Libra GB LBR, Dólar de Singapur LBR, para ir ampliando la cantidad de monedas digitales con respaldo de activos líquidos en cada país en el que las transacciones locales lo hagan necesario. Sin embargo, la Asociación Libra no renuncia a una moneda digital como LBR a solas, pero define su formación como una moneda sintética construida sobre una cesta de monedas, que serán las que haya desarrollado como monedas locales.
Es curioso que al definir esta moneda in dependiente, pero armada sobre la base de la cesta, señale a los Derechos Especiales de Giro del Fondo Monetario Internacional como modelo, teniendo en cuenta que el FMI parece en fase terminal. También es curiosa la errata por la cual lo definen como el Fondo de Dinero Internacional en lugar de Monetario… pero bueno un error lo tiene cualquiera. El Libro Blanco se queda muy lejos de una definición clara de los mecanismos por los cuales este proyecto se hará operativo, aun en su versión devaluada. Por ejemplo porque no especifica el detalle de los activos líquidos que piensa utilizar para construir su reserva para respaldar las monedas, salvo señalar que estarán formados entre otras cosas por deuda pública de corto plazo del país correspondiente. Algo que no tiene en cuenta la posibilidad nada desdeñable en el corto plazo de una crisis de deuda internacional. Por añadidura sostiene que las emisiones de moneda local estarán respaldadas una a una por las reservas. Esto es un gesto para tranquilizar a las autoridades monetarias locales acerca de la posibilidad de creación de dinero, a lo que dicen renunciar de esta suerte. Esto suena a una contradicción en sus propios términos.

Si la emisión de monedas digitales “locales” se limitará a las “reservas” equivale a decir que se limitará la actividad comercial que se haga sobre esta unidad de cuenta a la cantidad física disponible en la cuenta corriente de respaldo, por lo tanto no habrá giro comercial y no podrá responder con elasticidad a la demanda. Esto supone cortar en seco la actividad mercantil a través de la red social cuando la demanda supere a la reserva. Pero más allá de estos conflictos, que se generan al montar un proyecto sobre un modelo que pretendía bancarizar universalmente a las masas sin banco mediante una moneda electrónica, y transformarlo en la emisión de unidades de cuenta locales y una moneda sintética sobre una cesta de las unidades de cuenta locales, con un límite físico que impide el giro comercial, hay otras grandes novedades digitales.

Facebook, perdón la Asociación Libra, renuncia expresamente al sistema distribuido libre de registro de cadena de bloques. Asume que el suyo será un sistema de cadena de bloques autorizado. Es decir que habrá una autoridad que determine quién puede hacer emisión y registro de cadena de bloques. La Asociación dice que considera posible tener un sistema de cadena de bloques regulado por una autoridad que impida la intrusión de terceros con intensiones criminales en el sistema y al mismo tiempo lograr emular un sistema distribuido de cadena de bloques en el cual el registro de la emisión no requiere autorización. Esto es la negación del principio de las criptomonedas sobre una base independiente y aproxima al invento de Facebook a las monedas digitales que tienen en estudio los bancos centrales. De aquí que la Asociación Libra ofrezca la integración en su sistema de las monedas digitales que desarrollen las autoridades monetarias de cada país.

El modelo propuesto en el Libro Blanco de la Asociación Libra sigue ofreciendo formidables retos teóricos a su existencia en el mundo real por las dificultades de implementación de un lado, y porque la adopción de un modelo diferente sobre la marcha para salvar el proyecto anunciado en junio de 2019, sugiere que se ha incorporado al modelo nuevo las objeciones de los reguladores, en especial, señala el Libro Blanco, un documento de trabajo del G7. El grave problema es que la experiencia debería desarrollarse ahora, porque insisten en poner en marcha el proyecto este año, en un mundo convulsionado en el cual no sólo no existe estabilidad monetaria sino que todo parece indicar que habrá en el futuro mayores turbulencias en los mercados de cambios y monetarios. Hay cuestiones en el mundo real de hoy que no son fruslerías. Por ejemplo, mantener una reserva depositada en los bancos centrales, que ofrecen un interés negativo por los depósitos en los países desarrollados, supone anotar pérdidas con cargo a esas reservas a menos que se cargue ese coste a las transacciones de los clientes.

Es cierto que en otros países esa operación está bien remunerada, ejemplo Argentina. Pero quién está dispuesto a asumir el riesgo de hacer depósitos de una reserva allí. Es dudoso que se emitieran monedas locales en divisas de países emergentes en las presentes condiciones. Y la realidad es que si se operara en ellos con la LBR basada en la cesta de otras LBR locales, la criptomoneda de forma automática tendría un valor de activo de reserva frente a la moneda local en periodos como el presente. Habrá que seguir detenidamente el proceso de autorización de la FINMA, para la cual Libra ha depurado de todo posible obstáculo a su proyecto. Pero quien sabe, a lo mejor la autoridad de los mercados financieros de Suiza encuentra fallos de diseño que le impidan autorizarla.