¿Cuál es el verdadero coste económico de los desastres naturales?

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PwC
Desde 1970, ha venido aumentando el número y el coste económico de los desastres naturales en el mundo que, solo en 2016, ascendieron a 348 y tuvieron un coste directo* de más de 150.000 millones de dólares. ¿Por qué?
El Global Economy Watch de PwC, correspondiente al mes de octubre, considera que se debe, fundamentalmente, a dos razones. Primero, a que el crecimiento demográfico y las condiciones socioeconómicas han empujado a alrededor de un cuarto de la población mundial a vivir en áreas clasificadas como ‘de alto riesgo’. Y, en segundo lugar, porque –según la NASA- 16 de los 17 años más cálidos en los últimos 136 han ocurrido desde 2001, y una atmósfera más cálida es más húmeda y más propensa a precipitaciones extremas.

Sin embargo, las nuevas tecnologías y técnicas de prevención han ayudado a mitigar algunas de las consecuencias de estos fenómenos. Se calcula que el coste medio de los daños físicos causados por un desastre natural ha caído en torno a un 30% en términos reales, desde 1970. El informe atribuye esta caída al uso de medidas preventivas -desde sistemas de alerta temprana que detectan patrones climáticos previos a los huracanes y tornados, hasta la promulgación de leyes que han fomentado el mantenimiento de humedales en áreas propensas a inundaciones para absorber el exceso de agua-.

Desde el punto de vista regional, la destrucción de activos tangibles, como consecuencia de los desastres naturales, se traduce en un deterioro de la capacidad productiva de la zona, a la que se suma la caída del gasto de los consumidores en artículos no esenciales. Sin embargo, los efectos de un evento de este tipo a nivel macroeconómico y en términos de crecimiento del PIB son susceptibles de revertir. Por ejemplo, los esfuerzos de reconstrucción pueden compensar la pérdida de activos y las ayudas inmediatas pueden ayudar a restaurar la producción. De forma que la caída inicial de la actividad económica puede cambiar de signo con relativa rapidez.

Pero, si bien el PIB puede no verse significativamente afectado a corto plazo, los desastres naturales causan una devastación a largo plazo en aquellas zonas y personas que los sufren que son difíciles de evaluar. Por ello, conseguir la financiación necesaria para aumentar la resistencia de las infraestructuras, y perfeccionar la gestión del impacto de este tipo de acontecimientos se ha convertido en una prioridad cada vez más importante para los gobiernos y las empresas.

El potencial económico de la ASEAN

La última edición del Global Economy Watch de PwC también analiza la integración económica de Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN, por sus siglas en inglés). Esta organización, que cumple su 50 aniversario este año, ya aglutina a diez países de la zona –Brunei, Camboya, Indonesia, Lao, Malasia, Myanmar, Filipinas, Singapur, Tailandia y Vietnam-, y su PIB ha pasado de suponer un 1% del producto mundial al 3,4%. Si la ASEAN fuera un único país, sería la séptima mayor economía del mundo y la tercera más poblada, con 635 millones de habitantes, 430 millones de ellos en edad de trabajar.

En 2015, esta región lanzó una iniciativa –llamada Blueprint 2025- para impulsar una economía más integrada y cohesionada, con un mercado único en el que circulen libremente bienes y personas. Y, lo cierto, es que se ha avanzado mucho en esa dirección. Sin embargo, el documento revela que todavía hay margen para el crecimiento de sus exportaciones intrarregionales. En 2016, estas alcanzaron los 330.000 millones de dólares, una cifra discreta en comparación con las de la Unión Europea, que acumularon un valor de 3,4 billones de dólares.

Si contamos con que se mantenga el nivel de crecimiento actual, y aplicando las medidas de Blueprint 2025, las exportaciones entre los países de la ASEAN podrían superar los 375.000 millones de dólares en 2025.

La región de ASEAN es cultural, lingüística y políticamente diversa. Por lo tanto, cualquier intento de integración debe ser altamente personalizado, al tiempo que identifica y explota los intereses comunes. Aunque la integración es todavía relativamente limitada en comparación con la de la Unión Europea, la eliminación de las barreras para una mayor integración económica puede convertir la zona en un mercado global significativo.

¿Cómo cerrará la actividad en Estados Unidos?

Por último, el Global Economy Watch hace una proyección de cuál será la evolución de la economía de EEUU en lo que queda de año y concluye que la actividad crecerá un 2,2% en 2017. Ligeramente por debajo de las estimaciones de la Reserva Federal (FED), lo que supone un crecimiento de la actividad en la segunda mitad del año, en términos anualizados, del 2% -sin tener en cuenta los posibles efectos de los recientes huracanes. Los datos confirman el buen estado del mercado laboral estadounidense. Según la Federación Nacional de Pequeñas Empresas (NFSB), encontrar mano de obra calificada es ahora el problema empresarial más importante.

* Los costes directos de los desastres naturales no incluyen ni las pérdidas de vidas humanas y las pérdidas de ingresos como consecuencia de los mismos