Fondos de inversión y despachos jurídicos mejoran su arsenal para litigar por la quiebra del Popular

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Algunos acreedores institucionales de Banco Popular y los fondos de alto riesgo están en pleno proceso de diseño de sus estrategias judiciales para recuperar valor de la deuda subordinada de Banco Popular, los activos incluidos en el capital Tier1 y Tier2 en particular. De acuerdo con un despacho de abogados en Madrid la pieza que más valor ha adquirido para esa estrategia jurídica es un bono emitido por la filial del Popular en Estados Unidos, Totalbank, antes de la crisis financiera desatada en 2007. Aunque la entidad era la pagadora de los cupones la opinión jurídica es que era un instrumento financiero consolidado con el Popular y que ha sido convertido en capital para cubrir pérdidas por el banco matriz. El interés en esta deuda es que el bono se rige por la legislación estadounidense que permitiría mayores posibilidades de recuperación a los titulares de los activos de un lado y que los procedimientos judiciales en ese país lograrían la obtención de documentación relevante para los litigios que se puedan desarrollar en Europa. Los fondos de inversión que tienen importantes volúmenes de deuda del Popular como PIMCO no están dispuestos a dejar correr el agua y ver como sus posiciones acreedoras acaban en el ancho mar.
Algunos medios de prensa señalan a “los accionistas mexicanos” como potenciales interesados en esa batalla. Esto sin embargo requeriría que dichos accionistas pudieran desvincularse claramente de operaciones bajistas contra el valor de las acciones del Popular desde el inicio de la caída pronunciada del precio de esos títulos el año pasado ya que existe la sospecha en medios financieros que esos accionistas han estado muy vinculados a las operaciones en corto contra el capital del banco.

Este factor es uno de los que podría reforzar una investigación sobre las operaciones cortas contra el Popular por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que ha sido incapaz de suspender la cotización de la entidad cuando todavía tenía sentido ante el evidente derribo interesado del valor de la acción. Otra cosa es el porqué el consejero delegado del banco no lo solicitó ante esa evidencia flagrante y miró hacia otro lado mientras el castillo de naipes se derrumbaba.

Pero mientras esta potencial investigación podría ser un cortafuegos para los reguladores que decretaron la muerte del banco, esa acción puede detonar otras investigaciones por la vía judicial como la retirada de depósitos de la entidad por parte de la Administración Pública instigadas por la parte actora. Tal como lo demuestra la frondosa jurisprudencia acumulada los acreedores tienen posibilidades de afianzar sus posiciones y obtener una satisfacción económica al calor de la torpeza inenarrable de los gestores de la crisis dentro del banco y en la Administración.

La incapacidad para actuar cuando era posible hacerlo sin derribar al banco ante el bloqueo al que estaba sometido el consejo de administración del Popular por los intereses creados contrapuestos en su seno es una lápida para el Gobierno y los reguladores responsables de la entidad. Así las cosas los bonos de Totalbank están en la mira de los acreedores. La entidad con sede en Miami fue adquirida en 2007 por el Popular quien incorporó esos bonos a su activo. Los bonos no cotizan en los mercados en forma independiente porque están englobados en “securitizaciones” junto con otros activos y se comercializan en ese “paquete”. Se trata de poco menos de 50 millones de dólares bajo jurisdicción estadounidense.

Los fondos Pimco, Anchorage, Algebris y Ronit Capital, han contratado el despacho de abogados Quinn Emanuel Urquhart & Sullivan LLP para explorar las opciones que se abren en el litigio potencial de acuerdo con el equipo de abogados en Londres. Por su parte, el ECOFIN que no en vano cuenta con la ilustre presencia del ministro español de Economía, Luis de Guindos, ha decidido pegar un empujón a la eliminación de la deuda morosa, improductiva que persiste impagada en las carteras de los bancos europeos. En muchos casos el nivel real de dicha deuda es motivo de secretismo y en otros permanece oculta hasta que el banco queda con el vientre hacia arriba.

Dicho empujón es en realidad un recurso de maquillaje por parte de la Comisión Europea tras la operación de saneamiento de la banca italiana con la mayor carga de deuda morosa e improductiva de toda la banca europea y el agujero del Banco Popular cifrado en no menos de 10.000 millones de euros por la intervención del Banco Santander. En realidad la Comisión Europea tiene en procedimiento de consulta pública un documento que debería servir de base para crear un mercado secundario de deuda morosa e improductiva.

La sola idea de crear un mercado de deuda quebrada demuestra de un lado la incapacidad de los políticos europeos para salir del círculo vicioso de la crisis bancaria. La idea de crear un mercado detrás del cual lo que hay es un colectivo de deudores insolventes con la perspectiva de una recuperación más que incierta y de largo plazo es de hecho una expresión de la permanencia larvada de la crisis que transforma las pérdidas bancarias en una clase de activo. No hay expresión más acabada de un capital ficticio que la cotización de deuda quebrada y hay que ver con qué naturalidad el “dossier legislativo interinstitucional” de la Comisión Europea hace propuestas que van desde hacer uniforme la legislación nacional entre los países miembros -se supone que los 28- sobre ejecución de créditos, incluidos los hipotecarios desde luego, hasta la financiación de la venta de coches a plazos. Esto lo único que indica es la persistencia de una burbuja financiera a escala internacional que se desplaza de activo en activo.

La crisis bancaria española estaba saneada, y apareció Banco Popular para desmentirlo. Ahora Italia implementa un saneamiento que es a todas luces insuficiente, se queda corto, y la Comisión Europea aplaude la resolución. El hecho que en Estados Unidos, donde se prepara el gran quebranto de los créditos subprime para la venta de coches a plazo, exista un mercado secundario de deuda quebrada no es consuelo ni ejemplo. Es sólo expresión de que la crisis no nos abandona, simplemente nos ronda. Hasta el próximo estallido.

publicado por Icnr.es. Carlos Schwartz